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MontecassinoHermann Tertsch

Sin respeto del enemigo

La civilización occidental comienza a agonizar en una falta de respeto a sí misma que ya ha cristalizado en el desprecio general de sus peores adversarios

Actualizada 04:30

El Estado Islámico ha anunciado nuevos atentados tras el de Solingen en Alemania que costó tres muertos y siete heridos a cuchilladas de un inmigrante ilegal sirio que tenía orden de deportación. En un comunicado llama a todos los musulmanes a asesinar a europeos en venganza por la guerra en Gaza. El Estado Islámico quiere medrar del clima de odio a Israel y a Occidente que se ha desatado entre musulmanes residentes en Europa, apoyados masivamente por la izquierda y algunos gobiernos europeos, a raíz de la guerra de Israel contra Hamás. Eso ha sucedido antes. Que el Estado Islámico pugne por no ser eclipsado por Hamás u otros grupos yihadistas.

Lo que sí es una novedad, según expertos alemanes en yihadismo, es que el comunicado en sus páginas tituladas «La Yihad en Europa» no solo muestra el feroz odio habitual, sino que se burla abiertamente de Alemania, su Gobierno y de Occidente en general. Los asesinos se ríen de nosotros. Y se explayan en sus burlas sobre las medidas antiterroristas del Gobierno alemán tras este atentado que ha sacudido Alemania como pocos otros. Y que ha puesto en absoluta evidencia que las fuerzas de seguridad alemanas han perdido el control sobre una población islamista que llegó en oleadas desde que abrió la frontera la canciller Angela Merkel en septiembre de 2015. Alemania algún día tendrá un gobierno que declare a Merkel como uno de los seres que más daño ha hecho a la nación y a toda Europa, solo superada por los grandes asesinos nazis y comunistas del siglo XX. En todo caso, Alemania recibió entonces el golpe de gracia para su seguridad interior y para su cohesión social, los dos inmensos logros que habían traído paz e inmensa prosperidad después de 1945.

La burla del enemigo yihadista suena mucho como la burla del asesino Nicolás Maduro en estos días que se ríe de todos porque sabe que él mata y sabe matar y está dispuesto a hacerlo y por eso aventaja a todos los que desde las democracias no van a hacerle nada. Maduro cuenta con un ejército de cómplices entre quienes mandan en los países que supuestamente defienden a quienes ganan unas elecciones frente a quienes las pierden y torturan y asesinan para permanecer en el poder. También los yihadistas cuentan con sus cómplices, los voluntarios que saben de los intereses de Irán o Qatar o tantos otros y los involuntarios que son todos los occidentales que no entienden que se enfrentan a quienes quieren exterminarlos.

El comunicado del Estado Islámico se ríe abiertamente de su enemigo al que niega todo respeto y con cuyo miedo y confusión demuestra disfrutar. Alude a la prohibición de portar cuchillos en Alemania, que se ha planteado tras los recientes atentados, y propone a los suyos que pueden utilizar también «martillos y tartas de cumpleaños». La novedad del comunicado está en esta burla que es una especie de salida del armario de la burla recatada a la risa procaz de humillación. Con el mensaje siguiente: «Nos reímos de vosotros porque os vamos a ganar porque nosotros creemos y vosotros no, porque nosotros defendemos lo nuestro y lo queremos imponer y vosotros ya no sabéis ni lo que es vuestro». No debería sorprender a nadie. Marca una grave tendencia que se viene desarrollando desde hace décadas pero que ya es generalizada. Las comunidades musulmanas radicalizadas en Europa siempre han cultivado el odio y el desprecio a la decadencia e inmoralidad de los anfitriones occidentales.

Pero no la burla abierta. Como decía hace ya años en una canción el cantante y compositor alemán Heinz Rudolf Kunze llamada Willkommen Ihr Mörder (Bienvenidos asesinos): «Cuando están entre ellos se ríen mucho de nosotros», de los occidentales que somos tan tolerantes que no defendemos lo nuestro. De los débiles occidentales que les dejamos que nos arrebaten poco a poco todo, desde el espacio en las consultas médicas, las ayudas con el dinero del contribuyente para los que nunca contribuyen nada y extienden una cultura parasitaria de buena conciencia porque debilita al enemigo, las concesiones de viviendas y hasta las calles que ocupan para rezar sin que nadie se atreva a disputarles su ocupación del espacio público.

En el comunicado se ríen ya abiertamente de la impotencia del Gobierno alemán para frenar estos atentados y dicen que si van a ponerse las autoridades a medir la longitud de las navajas, algunos pueden recurrir a una tarta de cumpleaños, eso sí, con explosivos dentro, o a unos buenos martillos que también matan. Todo ello viene a reflejar la situación insostenible que se ha creado por parte de unos gobiernos occidentales que intentan afrontar el terrorismo yihadista como si fueran un fenómeno criminal occidental. Y además atacan a quienes sí saben tratar a estas fuerzas de delirio fanático criminal porque las conocen desde dentro, véase a las fuerzas de seguridad israelíes.

La civilización occidental comienza a agonizar en una falta de respeto a sí misma que ya ha cristalizado en el desprecio general de sus peores enemigos. Quienes son incapaces de defender a los suyos y lo suyo no tiene perdón. Pero además reciben el desprecio merecido de sus enemigos. Quienes aún creemos que hay remedio, aunque duro y traumático y quizás ya a estas alturas muy dramático dejo la frase de Ramiro de Maeztu «Ser es defenderse». Si queremos seguir siendo, defendámonos de los enemigos y de los traidores por igual.

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