A día de hoy la industria norteamericana del automóvil es completamente decadente

A día de hoy la industria norteamericana del automóvil está completamente obsoleta

Industria

Trump intenta ganar con aranceles la guerra que su decadente industria del automóvil perdió en los concesionarios

Hace décadas que los inmensos coches norteamericanos con motores V8 perdieron protagonismo en la industria mundial y a día de hoy el 50 % de los coches que se venden en USA son importados

Has bastado tres meses de Gobierno para que Trump haya aprobado una de las medidas que más puede afectar a la economía mundial: unos aranceles del 25 % a todos los automóviles no fabricados en los Estados Unidos así como a los componentes.

Se trata de una decisión sin precedentes que equivaldría al inicio de la tercera guerra mundial a nivel económico, con unas consecuencias absolutamente impredecibles.

Tercera guerra mundial

Conviene tener en cuenta que a nivel mundial el automóvil aporta más de un 3 % del PIB y en volumen económico sería equivalente al sexto país más poderoso del mundo, una industria muy globalizada en la que es habitual que los coches, incluidos los producidos en los Estados Unidos, monten piezas producidas en decenas de países productores de componentes, entre las que estarían por ejemplo Ucrania, España o Corea del Sur.

Las fábricas norteamericanas tienen poco que ver con las europeas

Las fábricas norteamericanas tienen poco que ver con las europeas

Pero el comienzo de esta historia se remonta a los años 80, cuando el automóvil norteamericano perdió la batalla contra el coche europeo, mucho más refinado y tecnológicamente avanzado que los inmensos pick up y todoterrenos norteamericanos.

Poco eficaces

En aquel momento el bajo precio de la gasolina en los Estados Unidos, prácticamente libre de impuestos, les hizo apostar por vehículos gasolina de elevada cilindrada y tecnológicamente muy poco avanzados, al fin y al cabo el consumo de combustible no era un problema en los Estados Unidos.

Un mercado de 15 millones de coches anuales que primero los fabricantes japoneses y europeos y después los coreanos invadieron con gran facilidad, sumiendo a la industria norteamericana del automóvil en una crisis sin precedentes, donde ni Ford ni General Motors ni Chrysler han tenido capacidad de respuesta reduciendo al mínimo sus ventas fuera del territorio norteamericano, su único gran mercado hoy en día.

Ford F-150 el modelo más vendido nen los Estados Unidos desde hace años

Ford F-150 el modelo más vendido nen los Estados Unidos desde hace años

En paralelo las importaciones de vehículos extranjeros suponen hoy en día más de la mitad de las ventas de coches en los Estados Unidos, en torno a los 8 millones de unidades, a lo que hay que sumar los coches extranjeros fabricados en los Estados Unidos por marcas extranjeras, pues tanto Mercedes como BMW, Toyota, Hyundai y Volvo disponen de plantas en los Estados Unidos desde hace años.

Favorecer el made in USA

De acuerdo con Trump «Cualquiera que tenga plantas en Estados Unidos, le va a ir bien», una media verdad si tenemos en cuenta que a partir del 2 de abril cualquier componente extranjero para la fabricación de un coche en los Estados Unidos va a tener que pagar un 25 % de aranceles, lo que va a encarecer el precio incluso de los vehículos fabricados en los Estados Unidos por Ford o Chrysler.

A bote pronto Tesla podría ser la gran beneficiada de esta medida si tenemos en cuenta que se trata de vehículos de producción 100 % nacional, mientras que marcas locales como las citadas Ford o General Motors se van a ver negativamente afectadas.

Tesla y Musk podrían ser los grandes beneficiados por la medida

Tesla y Musk podrían ser los grandes beneficiados por la medida

Los primeros análisis hablan de un incremento del precio de los coches de entre 3.000 y 6.000 dólares, lo que a corto plazo va a provocar una disminución brusca de las ventas y una disminución de producción, que podría provocar incluso despidos, aunque la intención de Musk es atraer nuevas fábricas de coches a los Estados Unidos, de hecho marcas como Mercedes o Hyundai ya han anunciado grandes inversiones en el mercado norteamericano para la construcción de nuevas plantas.

Trump ha dejado entrever posibles beneficios fiscales para los que financien coches fabricados en los Estados Unidos y una inminente bajada del precio de la gasolina.

Europa contiene la respiración

A corto plazo se prevé un crecimiento en ventas de las marcas que tienen stocks disponible, fundamentalmente Ford, Hyundai y las firmas propiedad de Stellantis, aunque a partir de aquí la incertidumbre es absoluta, con países como Canadá o Japón que ya han anunciado la puesta en funcionamiento de aranceles, una medida nunca vista desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras Europa, que exporta unos 800.000 coches al año a los Estados Unidos, contiene la respiración, con Alemania como gran perjudicada, pues es el país de origen de la mayor parte de estos coches. Von der Leyen ha lamentado ya la medida y asegura que el bloque comunitario evaluará la respuesta.

comentarios
tracking