Sánchez es culpable, pero usted también
En esto consiste la palabra polarización, en repartir las culpas, y por eso es la palabra refugio de quienes quieren evitar el cuestionamiento de Sánchez y sus desmanes
En esto consiste la palabra polarización: Sánchez es culpable, pero usted también. Las culpas están repartidas. Pedro Sánchez tiene responsabilidades, pero usted también, que se pone como se pone, alterado, agresivo y protestón. A esto lo llaman polarización, una palabra que no para de ser invocada por los medios de comunicación, una palabra refugio para todos aquellos que quieren evitar un cuestionamiento de Pedro Sánchez y del Gobierno radical que preside. ¿Cómo se hace? Lamentando la agresividad y enconamiento del clima político y repartiendo culpas. De ahí que hasta la Fundéu la eligiera palabra del año 2023. Y de ahí que sea uno de los conceptos preferidos de sociólogos y politólogos.
Tenemos un político al frente de España que en 2015 y 2016 se negó a aceptar el triunfo del Partido Popular en las elecciones generales, y hasta fue obligado a dimitir en 2016 por su propio partido por su rechazo a aceptar el derecho a gobernar de Rajoy. Un político que plagió su tesis doctoral. Un político que montó en 2018 una moción de censura contra el Gobierno del PP fundada en una manipulación, en una frase del juez De Prada que después cuestionó el Tribunal Supremo. Un político que formó Gobierno con la extrema izquierda tras asegurar una y otra vez que no lo haría. Que se alió con Bildu sin exigirle que condenara a ETA. Que impulsó políticas extremistas desde el Gobierno. Que perdió las elecciones en 2023, pero pactó con golpistas condenados la amnistía de sus graves delitos para lograr la investidura. Un político acosado ahora por graves casos de corrupción que afectan a varios ministros y de los que se niega a responder.
Pues bien, usted está polarizado si se indigna por todo lo anterior. Si expresa públicamente sus opiniones. Si pide un cambio político en España. Si cree que Pedro Sánchez es nefasto para este país. Si se asombra de que un presidente al que se le ha probado el plagio de su tesis doctoral no haya sido obligado a dimitir. Y qué decir si sale usted a la calle a manifestarse. Qué manera de polarizarse, le dirán todos esos analistas, periodistas, sociólogos y politólogos que se niegan a responsabilizar directamente a Pedro Sánchez de sus pactos y decisiones, ni siquiera del plagio de su tesis doctoral, que ya es decir entre algunos de ellos, ilustres catedráticos de universidad.
La palabra polarización es a la política nacional lo que normalización a la política en el País Vasco y en Cataluña. Reparto de culpas. Hasta tal punto que lo de la normalización ya se usaba en el País Vasco en plena persecución de ETA. Logremos la normalización, el acuerdo entre las partes, decían algunos, mientras ETA asesinaba, secuestraba y amenazaba. ETA es culpable, pero usted también podría poner un poco de su parte, trabajando por el diálogo y la reconciliación. Y ahí llegó Zapatero, el héroe de la normalización, que ahora también se dedica a otras normalizaciones, como la de Venezuela, entre el dictador y sus víctimas.
El clímax de la normalización ha sido la ley de amnistía, que, como sabrán, se llama «ley de amnistía para la normalización institucional, política y social de Cataluña». El gran reparto de culpas entre golpistas y ciudadanos demócratas, pacíficos y cumplidores de la ley. Es que cómo se ponen ustedes por un golpe de Estado de nada, qué polarización. Dejen de exigir el cumplimiento de la ley y de las reglas democráticas, dejen de denunciar la mentira y la degradación de las instituciones, y normalícense, que ustedes también son culpables, culpables por indignarse y por protestar.