Doña Fundraisinga
Bolaños, Puente y Cerdán, los tres mosqueteros del enamorado, (D´Artagnan, el cuarto, es obviamente Pachi López, el Titán de Portugalete) han ideado un mítin fin de fiesta realmente espectacular
No se trata de una reina o princesa visigoda. Me refiero a la mujer del enamorado epistolar. Se ha convertido doña Fundraisinga en el ilusionante reclamo electoral del PSOE. Le recomiendo al PP que equilibre la balanza llevando a sus mítines al «Bigotes». El votante socialista es muy sentimental, y lo que le están haciendo sufrir a doña Fundraisinga no tiene nombre. La Chiqui y la despeinada la manosean y besan emocionadas cada vez que el marido pronuncia su nombre en los discursos electorales. Por lo mismo, o mucho menos, enchironaron durante cuatro años al yerno del Rey y sentaron en el banquillo a la Infanta Cristina. Un juez que se reconoció de Podemos, y que a ningún socialista le escandalizó su militancia. El caso de doña Fundraisinga es más grave, y se han retrasado las comparecencias de investigados, imputados y testigos porque el socio de doña Fundraisinga ha sido internado en el Hospital 12 de Octubre, y según cotilleos y rumores, se encuentra bastante mal. Minucias. Lo importante es que la de los «másters», la cátedra, la del África Center del IE, la rescatadora de Air Europa, la del dominio web, la de la plataforma, la del simpático Mohamed, la de los «software», y todas esas tonterías enfangadas, se ha convertido en el tirón electoral de su marido.
Bolaños, Puente y Cerdán, los tres mosqueteros del enamorado, (D´Artagnan, el cuarto, es obviamente Pachi López, el Titán de Portugalete) han ideado un mítin fin de fiesta realmente espectacular. Cuando el enamorado escribiente simule emoción temblorosa y pronuncie el nombre de la investigada, ésta saldrá de las bambalinas vestida de Taylor Swift, y claro, se armará la gorda, porque en el PP no hay mujer comparable a la protagonista de las cartas a la ciudadanía. Esa doña Fundraisinga con mayas ajustadas a sus larguísimas piernas, puede cambiar el resultado de las elecciones. Es más, me comprometo públicamente a votar al PSOE si doña Fundraisinga se disfraza de la señorita Taylor que ha reunido en el Bernabéu en dos conciertos –por llamarlos de alguna manera–, a un millón seiscientas mil personas. Deduzco que las piernas de la problemática amorosa del escribiente romántico no son tan largas como las de Taylor Swift, pero esto no trata de piernas, sino de «fundraising» multicanal, y ese detalle me convence.
El PP tiene nombres para contrarrestar a nuestra Taylor Swift, pero como son del PP y no del PSOE, están, o han estado, o estarán en la cárcel, y no creo que tengan ánimos para apoyar a Feijóo. El PSOE, en cambio, puede llevar a sus mítines para hacer pachas con doña Fundraisinga a Griñán, otro fenómeno de masas. A este paso, en las elecciones futuras, los partidos políticos, siguiendo el ejemplo del PSOE, buscarán a sus reclamos más atractivos en los Juzgados de Guardia, siempre que los Juzgados de Guardia, los jueces independientes y los fiscales no afligidos por el sometimiento, sigan existiendo.
No es mi intención prejuzgar a nadie. Ni soy juez ni tengo la más remota idea de lo que es un «fundraising» con aplicación multicanal. Pero no considero que encaje en la normalidad que el presidente «okupa» del Gobierno de España considere que una investigada por la Justicia se convierta en el gran tirón electoral de un partido político. Y creo en el amor. Y puedo recitar de memoria los más audaces y bellos poemas de amor de nuestros poetas. Y entiendo y disculpo las tonterías que se hacen por culpa del amor. Pero algo me dice que ese amor que hoy impera en una pareja de inevitable importancia, tiene agotados los pasos con los que Pittigrilli definió el amor. El amor es un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso…
No lo sé, pero no me fío.
Y los tontos, emocionados, a votar.