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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Tenga un rescoldo de vergüenza: lárguese

El fiscal imputado, el registro en el despacho de su hermano, los chanchullos de su mujer, las constantes mentiras, los regalos al separatismo… está acabado, dimita

Actualizada 17:10

Sería muy pretencioso y petulante por mi parte pensar que el líder «progresista» de todas y todos va a molestarse en leer un artículo de un periodista que no piensa como él (y más cuando esta misma semana aprobará medidas intervencionistas para embridar a la prensa discrepante). Pero aún así, y dado que a usted le gusta el género epistolar y lo frecuenta con sus «cartas a la ciudadanía», me atrevo a enviarle mi carta de ciudadano abochornado por tener un presidente del Gobierno de su catadura política y moral. ¿Exagero?

Señor Sánchez, con la décima parte de lo que tiene usted encima cualquier de sus pares de las democracias occidentales habría dimitido hace tiempo. El fiscal general del Estado, aquel al que usted mangonea, según alardeó en su día en una torpe entrevista, fue imputado ayer por filtrar datos de un particular (el novio de Ayuso) para ayudar al PSOE en sus guerras políticas contra el PP de Madrid. Es un escándalo. El fiscal tendría que estar ya en su casa. Pero ahí sigue, e incluso jactándose de ello, porque sabe que en España impera una nueva ley, que reza así: en el sanchismo todo vale.

Sin salir del día de ayer, hubo más. El empresario Barrabés, que colaboró con su mujer en esa delirante cátedra de la Complutense para una señora que no tiene siquiera título universitario, ha declarado ante el juez que mantuvo dos reuniones con usted y con ella en la Moncloa y cuatro más en palacio solo con la señora Gómez. Ese mismo empresario recibió una carta de recomendación de su mujer, la señora Gómez, y acto seguido recibió jugosos contratos del Gobierno que usted preside. Es un caso de tráfico de influencias de libro, y usted tendría que haber dimitido ya el día que su mujer fue imputada por ello.

Pero tenemos más, porque su familia, por desgracia, da mucho juego. Vamos con las andanzas de su hermano. Director de orquesta sin fortuna, primero su dedazo lo coloca en la Diputación de Badajoz, gobernada con los socialistas. Luego le regala fondos europeos para montar una ópera friki de una sola función. Y su hermano responde a tan vidriosa prodigalidad no acudiendo a su puesto de trabajo y hasta toreando a esa Hacienda con la que usted nos sangra, pues tributa en Portugal. El asunto es tan llamativo que ya está también en el juzgado y la semana pasada el despacho de su hermano fue registrado por la Guardia Civil.

Primer resumen: tiene usted imputado al fiscal general que ha nombrado y su mujer y su hermano están siendo investigados por la Justicia por sospechas de corrupción.

Pero hay más, señor Sánchez. Nos mintió nada más llegar al poder sobre su tesis doctoral, trufada de plagios. Nos mintió cuando dijo que nunca gobernaría con Podemos. Nos mintió cuando prometió que endurecería las leyes contra el separatismo y trabajaría para que Puigdemont fuese juzgado en España. Nos mintió durante la Covid, con supuestos informes internacionales y comités de expertos que no existían y falseando las cifras de muertos (amén de encerrarnos con un estado de alarma luego declarado luego inconstitucional). Nos mintió cuando prometió que «con Bildu, jamás, ¿cómo quiere que se lo repita?». Nos mintió cuando dijo que no habría amnistía.

Pero asombrosamente todavía hay más, señor Sánchez. Ha sido usted el presidente más divisivo que hemos padecido y un hipócrita que mientras predica contra «las políticas de odio» con soniquete santurrón las practica y promueve con sus muros, sus epítetos faltones contra «la derecha y la ultraderecha» e incluso insultando a los españoles que no le votan («la fachosfera»). Ha fomentado el guerracivilismo, ha reabierto la heridas de una contienda que gente mucho más sana que usted quiso dar por cerrada con el pacto de la Transición. Ha dividido España en buenos y angélicos (los de izquierdas) y malos y demoníacos (los que no están en esa órbita).

Pero hay más, señor Sánchez. Usted desconoce lo que es el juego limpio. No cesa de embarrar la cancha, de emporcar nuestras instituciones. Ha puesto al TC a indultar de facto el mayor caso de corrupción del PSOE, que es además el más grueso de nuestra historia. Ha asaltado el CIS para publicar encuestas trucadas a su favor. Ha convertido TVE en un órgano de Ferraz, con periodista que hacen propaganda como si fuesen ministros sin cartera del PSOE. Ha trucado hasta los datos del paro, con la trampa semántica de los fijos discontinuos. Ha convertido incluso las ruedas de prensa del consejo de ministros en un perenne mitin demagógico.

Pero no se vaya, que todavía no hemos terminado. Usted ha vendido a España por unos meses más en el poder. Ha indultado y amnistiado a los golpistas independentistas, humillando a la inmensa mayoría de la sociedad española y al propio Rey, que había hecho el discurso de su vida para frenarlos. Ha aceptado negociar el futuro de España en el en el extranjero con un fugitivo de la justicia española, y bajo un observador internacional, como si fuésemos Haití. Y ahora se prepara para romper la caja única y la solidaridad que distingue a todo Estado con un «cuponazo» fiscal para Cataluña, que premia la deslealtad y el chantaje y agravia a las comunidades leales y cumplidoras.

Señor Sánchez, se ha comportado usted de una manera despreciable como presidente del Gobierno. Por lo tanto, no cabe esperar mucho de una persona con su ejecutoria y su manifiesta amoralidad táctica. Pero aún así, le lanzo una pregunta en forma de fútil ruego: ¿No le queda un rescoldo de vergüenza para hacer lo que tiene que hacer y marcharse? ¿Hasta cuando va seguir abusando de nuestra paciencia, practicando el engaño, corrompiendo las instituciones públicas y mintiendo? Lárguese, por favor. Todavía está a tiempo de hacer algo digno, aunque sea la más rara de las excepciones.

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