¿Dónde andas, José Luis? Estamos preocupados

José Luis, no quiero ser alarmista, ni preocupar a Sonsoles y a vuestras dos chicas de manera innecesaria. Pero aun así tengo que confesarte que estoy un poco preocupado. O un mucho. Te perdimos la pista allá en Caracas, poco antes del pucherazo de Maduro, y en el momento en que escribo no hemos vuelto a saber nada de ti. Y la cosa está que arde, chico. Ayer mismo, encapuchados del régimen asaltaron el cuartel general de la oposición de la manera más violenta. Mi primer pensamiento al tener noticia del ataque fue para ti: «Seguro que el bueno de José Luis sale enseguida a partirse la cara por los demócratas de Corina Machado y los defiende haciendo resonar su voz honda y tonante», me dije. Por eso se me hace rarísimo no tener noticias tuyas.

Como bien sabes, el golpe electoral del camarada Nicolás ha sido tan burdo y feroz que incluso tus compinches del Grupo de Puebla y otros chiringuitos de la izquierda populista hispanoamericana han salido a quejarse un poco. Hasta Lula, AMLO y Petro, que son más encarnados que un tomate maduro, le han pedido a Nicolás que enseñe las actas electorales. Boric, el chileno, se ha atrevido a llamar a las cosas por su nombre y habla directamente de «fraude». Pero nada sabemos de ti, José Luis. Tú, que en España te pasas la vida dándole al pico en mítines, foros y saraos «progresistas» de todo pelaje y estipendio. Es como si te hubiese tragado la tierra. La gran figura de la mediación política en Venezuela lleva cinco días chitón, sin aportar opinión alguna sobre las elecciones. ¿Qué está pasando?

En estas horas de preocupación recuerdo con emoción tus mítines justicieros por toda la geografía española, tus sentidas arengas en defensa de «la democracia de los afectos» del «presidente Sánchez» frente a la terrible amenaza de «la ultraderecha», que tanto te desvela. Recuerdo también tus epítetos bordes contra el PP y Vox –«disparatados», «mezquinos»–, o como saliste presto a expresar tu enorme «indignación» ante el éxito de Le Pen en Francia. Pero ahora, con la que ha montado el amigo Nicolás triturando a la oposición y trucando los resultados, nada. Missing total.

¿Dónde andas, José Luis? ¿Te ha encerrado el dictador en alguna mazmorra siniestra por tu inalienable defensa de la democracia? ¿O acaso estás hospedado en el palacio de Miraflores, preparando con Nicolás nuevos «estímulos positivos» a favor del exitoso «proceso de diálogo» entre el Gobierno y la oposición? ¿O tal vez te tienen ocupado asuntos particulares de naturaleza que es preferible no comentar, aunque por supuesto jamás daremos pábulo a aquellas cosas tan feas que apuntaba el Pollo Carvajal sobre ciertos negocios? O quizá es todo más sencillo y simplemente estás descansando del esfuerzo de la mediación tumbado en horizontal en Isla Margarita, soplándote una ídem en una tumbona mientras Maduro machaca a la oposición.

En fin, no sé, pero dinos algo, José Luis. Seguro que la indignación te desborda ante el pucherazo de la narco-dictadura comunista venezolana y se hace raro no saber de ti, querido camarada expresidente.