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Monseñor Munilla: «Jesús no fue un moderador de pluralismos, sino un Maestro de la Verdad revelada»
El obispo de Orihuela-Alicante llena el Aula Magna durante su intervención, donde aseguró que «el mayor problema de nuestro tiempo es que nos hemos convertido en enemigos de la cruz»
Había expectación por escuchar al obispo de Orihuela-Alicante, el más mediático de los obispos españoles. Monseñor José Ignacio Munilla ha llenado esta mañana el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo de Madrid con su conferencia «Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre». El prelado ha insistido en que «el mayor problema de nuestro tiempo es que nos hemos convertido en enemigos de la cruz», lo que ha llevado al hombre a un «inmenso vacío existencial». «Quizás lo tapa momentáneamente cuando le llegan paquetes de Amazon, pero después regresa el vacío», ha observado. Parafraseando a G. K. Chesterton, monseñor Munilla ha afirmado que «cuando un hombre llama a la puerta de un prostíbulo, en realidad está buscando a Dios», y que muchas veces lo busca en lugares equivocados, como el alcohol, el placer o la droga.
Para enfrentarse al problema del sufrimiento, la sociedad ha propuesto soluciones que han fracasado porque, precisamente, «se han convertido en enemigas de la cruz». Entre estos errores ha citado a las ideologías socialistas, «que son materialistas» y «no reconocen la existencia del pecado en el hombre». «Confían en que todos los problemas los solucionará papá Estado», ha señalado.
Otra solución errónea, para monseñor Munilla, es la imposición de «las ideologías LGTB y de género», que deforman la realidad del hombre. «Respiramos por las heridas, en lugar de hacerlo por los pulmones», ha observado.
El obispo de Orihuela-Alicante también ha reconocido la «secularización de algunos ámbitos de la Iglesia». A su juicio, hay cristianos que «huyen de confrontarse con las ideologías mundanas en nombre, dicen, del espíritu evangélico». «No sé que Evangelio lera usted», ha planteado monseñor Munilla, quien ha afirmado que «Jesús no fue un moderador de pluralismos, sino un Maestro de la Verdad revelada». «Buscan un cristianismo socialmente aplaudido, olvidando las palabras de Jesús: Ay si todo el mundo habla bien de vosotros», ha advertido.
Otra de las amenazas que percibe monseñor Munilla viene de la mano de los planes educativos y pedagógicos, «donde se ha relegado el esfuerzo, la autoridad, la existencia del pecado, y se convierten así en enemigos de la cruz». El prelado recordó cuando fue al cine a ver El club de los poetas muertos. «Ahí me di cuenta de lo que venía: era la mentalidad del déjate llevar, en una película con tanta capacidad de adentrar al espectador en esta mentalidad», agregó.
Un malísimo señor
La siguiente amenaza para el prelado es «la vivencia mayoritaria de las relaciones afectivas». «Se huye del compromiso definitivo, de la apertura al don de la vida. No se da el paso al amor», lamentó , quien subrayó que «la palabra Amor ha sido escrita con la sangre de Cristo». «¡Cuánto sufrimiento por sentirse utilizado!», exclamó.
El «paradigma digital» también es enemigo de la cruz. Monseñor Munilla recordó unas palabras que solía repetir el padre Mendizábal: «Las nuevas tecnologías son un buen siervo, pero un malísimo señor». «Se han convertido en una niñera de compañía que te entretiene, que disimula tu vacío interior, que te dispensa de discernir, de leer, de afrontar la vida», continuó.
«La Nueva Era busca una felicidad desligada de la santidad», observó Munilla. «Sustituye a Dios por la felicidad. pero claro, sin la causa, que es Dios, no hay efecto, que es la felicidad, igual que sin cruz no hay gloria», agregó. El prelado advirtió sobre la tentación de poner fin a la vida, «recurriendo al suicidio, por evitar el sufrimiento, recurriendo a los cuidados paliativos en exceso». «Por eso, esta gran crisis que vivimos no se soluciona con una alternancia política, sino una conciencia viva y la conversión», insistió el prelado.
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«Jesús educó a los suyos en la escuela de de la cruz. Este mundo sufre muchísimo por no querer sufrir. Tenemos que convertirnos en alumnos de la escuela de la cruz de Cristo. La clave es si se sufre con sentido o sin sentido, porque sufrir sufrimos todos. Por huir de la cruz, sufrimos más. La cruz ha pasado de ser el mayor mal al remedio del mal», recalcó monseñor Munilla. Por eso, terminó invitando a desconfiar «de los mesianismo triunfalistas que huyen de la cruz de Cristo».