del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable es un trastorno del tubo digestivoGTRES

Síndrome del intestino irritable: un diagnóstico que deja muchas preguntas por responder

No es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas cuya causa no siempre es evidente

El síndrome del intestino irritable (SII) es uno de los diagnósticos más comunes en las consultas digestivas. Actualmente, una de cada diez personas son diagnosticadas de SII.

Se caracteriza por episodios de diarrea, estreñimiento o ambos, acompañados de dolor abdominal que suele aliviarse después de ir al baño. En muchos casos, se acompaña de moco en las heces y sensación de no haber terminado de evacuar completamente.

El SII es la etiqueta que se le adjudica a quienes sufren de estos síntomas cuando las pruebas habituales como la colonoscopia, la gastroscopia, los estudios de intolerancias y los análisis de heces salen bien y no revelan ninguna alteración, descartando así enfermedades graves, pero no se investiga más allá.

Esto, puede generar una frustración al paciente, quien continúa padeciendo los síntomas sin tener respuestas claras ni un tratamiento específico que aborde la causa subyacente.

Más allá de las pruebas habituales

El intestino irritable no es una enfermedad, como el nombre indica, sino un conjunto de síntomas cuya causa no siempre es evidente. Por lo que quedarse en un diagnóstico de exclusión, implica ignorar posibles causas que explicarían los síntomas. Entre las posibles causas destacan:

  1. Disbiosis intestinal: un desequilibrio en la microbiota intestinal (las bacterias que tenemos dentro del intestino) puede dar lugar a hinchazón, dolor y alteraciones en el tránsito intestinal.
  2. Estrés crónico: el eje intestino-cerebro evidencia la conexión directa entre el intestino y el cerebro, por lo que un estrés continuado en el tiempo puede alterar la motilidad intestinal y amplificar el dolor, aumentando la sensibilidad del sistema digestivo.
  3. Inflamación de bajo grado: aunque no se detecta en pruebas convencionales, una inflamación leve y persistente puede dar lugar a muchos síntomas que experimentan estos pacientes.

La importancia de una visión integrativa

Este enfoque permite entender que cada paciente es único y debe recibir una atención personalizada que permita resolver la causa real de sus síntomas. Esto implica:

  • Estudios personalizados: realizar pruebas avanzadas de microbiota o marcadores inflamatorios, con el fin de evaluar si existe algún tipo de patógeno que está provocando estos síntomas.
  • Dieta adaptada: diseñar planes alimenticios que eliminen posibles desencadenantes y reintroducirlos poco a poco para identificar qué afecta al paciente.
  • Gestión del estrés: incorporar herramientas como el mindfulness o ejercicios de respiración que ayudan a regular el eje intestino-cerebro.
  • Tratamientos integrativos: el uso de probióticos, suplementos específicos y cambios en el estilo de vida que promuevan una mejoría a largo plazo.

En conclusión, el SII no debería ser un diagnóstico final, sino el punto de partida para entender y tratar lo que realmente está pasando.

  • Gina Abellà Coret es Farmacéutica y especialista en salud integrativa
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