La explicación al aumento de cáncer de riñón podría estar en el agua
El cáncer de riñón es responsable de un 2-3 % de todos los tumores malignos en adultos, siendo dos veces más frecuente en hombres que en mujeres. Según explica la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer de células renales o adenocarcinoma renal es una enfermedad en la que se encuentran células malignas o cancerosas que se originan en el revestimiento de los túbulos del riñón, en la corteza renal.
Aunque no se han determinado las causas exactas de esta enfermedad, el hábito tabáquico (dobla el riesgo de desarrollar esta enfermedad), la exposición a ciertos productos químicos (cadmio, asbestos, petróleo) la obesidad, la enfermedad quística renal adquirida en pacientes sometidos a diálisis crónica (30 % de estos pacientes desarrollaran un cáncer renal) y el uso indiscriminado de analgésicos (aspirina y fenacetina, en este caso más implicados en el desarrollo de cáncer de vías urinarias), se asocian con un incremento en la incidencia (número de nuevos casos por año) de esta enfermedad.
Arsénico en el agua
Ahora, nuevos hallazgos de una investigación de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Texas A&M, indican que la exposición, incluso a niveles bajos de arsénico, que se puede producir de forma natural en las aguas subterráneas, plantea riesgos significativos para la salud, incluido un mayor riesgo de cáncer de riñón.
El arsénico es un elemento que se encuentra en la corteza terrestre de manera natural. Según el agua fluye a través de determinadas formaciones rocosas, el arsénico puede disolverse y desplazarse hasta acuíferos o ríos hasta convertirse en agua potable.
A diferencia de estudios anteriores, el estudio de Texas A&M se centró en niveles bajos de exposición al arsénico (por debajo del umbral reglamentario de 10 partes por mil millones).
Los hallazgos, publicados en Environmental Pollution, examinaron la relación entre las tasas de cáncer de riñón y los niveles de arsénico en el agua potable en 240 condados de Texas (EE. UU.). Utilizaron un modelo estadístico que tiene en cuenta la ubicación geográfica y ajustaron el modelo para tener en cuenta factores demográficos y socioeconómicos y factores de riesgo de cáncer como la obesidad, el tabaquismo y la diabetes. También ajustaron las covariables que incluían la densidad de pesticidas, la vulnerabilidad social, el nivel de ingresos, la ruralidad, las tasas de hospitalización por enfermedades cardiovasculares y la prevalencia de la enfermedad renal crónica.
El análisis determinó que la exposición a concentraciones de entre 1 y 5 partes por mil millones aumentaba el riesgo de cáncer de riñón en un 6 %, y la exposición a concentraciones superiores a 5 partes por mil millones aumentaba el riesgo en un 22 %. Además, el riesgo de cáncer aumentaba un 4 % con cada duplicación de los niveles de arsénico en el agua.
«Esto sugiere que incluso la exposición a niveles bajos de arsénico en el agua potable puede estar asociada con un mayor riesgo de cáncer de riñón, lo que coincide con investigaciones anteriores que indican una asociación entre esta exposición y los cánceres de pulmón, vejiga y piel», dijo Taehyun Roh, del Departamento de Epidemiología y Bioestadística y autor del estudio.