
El ictus es un trastorno brusco de la circulación cerebral
Los científicos desarrollan el primer fármaco capaz de reparar el cerebro tras un ictus
Prueban en ratones el primer medicamento que reproduce los efectos de la rehabilitación física
El ictus o accidente cerebrovascular es un trastorno brusco de la circulación cerebral que altera la función de una determinada región del cerebro. Existen dos tipos: el ictus isquémico o infarto cerebral, en el que se produce la interrupción en una arteria que irriga al cerebro el flujo sanguíneo, y el ictus hemorrágico, que sería cuando se produce una rotura de una de estas arterias cerebrales.
El ictus tiene un gran impacto en nuestra sociedad. En España es actualmente la segunda causa de muerte en la población general y la primera en la mujer. Además, es la primera causa de discapacidad permanente en la edad adulta. Muchos de los pacientes que sobreviven sufren secuelas importantes que les limitan en sus actividades diarias.
Actualmente, no existen medicamentos para tratar sus secuelas, por lo que la rehabilitación física es la única opción disponible, aunque su efectividad es limitada.
Un estudio reciente de UCLA Health ha identificado el primer fármaco capaz de replicar completamente los efectos de la rehabilitación física tras un accidente cerebrovascular en modelos de ratón. Los hallazgos, publicados en Nature Communications, evaluaron dos posibles fármacos basados en el mecanismo de acción de la rehabilitación en el cerebro. Uno de ellos mostró una recuperación significativa en el control del movimiento tras un ictus en ratones.El Dr. S. Thomas Carmichael, autor principal del estudio y director de Neurología en UCLA, explica: «La rehabilitación tiene un impacto limitado porque muchos pacientes no pueden mantener la intensidad necesaria para una recuperación efectiva».
Nuestro objetivo es desarrollar un fármaco que los pacientes puedan tomar y que tenga los mismos efectos que la rehabilitaciónDirector de Neurología en UCLA
Además, Carmichael destacó que, a diferencia de otras áreas de la medicina como la cardiología o la oncología, donde existen tratamientos farmacológicos específicos, la recuperación tras un ictus sigue dependiendo de la medicina física: «Es hora de llevar la rehabilitación a la era de la medicina molecular», afirmó.
Descubrimiento del mecanismo clave
El equipo de UCLA investigó cómo la rehabilitación física mejora la función cerebral después de un ictus y si un fármaco podría reproducir estos efectos. Analizando modelos de accidente cerebrovascular en ratones y pacientes humanos, identificaron que el ictus provoca la pérdida de conexiones neuronales en áreas distantes del daño. Esta desconexión impide que las redes cerebrales trabajen en conjunto para controlar funciones como el movimiento y la marcha.
El ictus provoca la pérdida de conexiones neuronales en áreas distantes del daño
Los investigadores encontraron que una de las principales células afectadas es la neurona de parvalbúmina, encargada de generar ritmos cerebrales conocidos como oscilaciones gamma. Estas oscilaciones permiten que las neuronas trabajen de manera coordinada para ejecutar acciones como el movimiento. El ictus interrumpe estas oscilaciones, pero la rehabilitación exitosa puede restaurarlas, promoviendo la reconexión neuronal.
Reactivar las oscilaciones gamma
Basándose en este descubrimiento, el equipo identificó dos fármacos candidatos diseñados para reactivar las oscilaciones gamma tras un ictus. Ambos actúan estimulando las neuronas de parvalbúmina, pero uno de ellos, el DDL-920, desarrollado en el laboratorio del Dr. Varghese John en UCLA, demostró una recuperación significativa del control motor en modelos de ratón.
A pesar de estos prometedores resultados, se requieren más estudios para evaluar la seguridad y eficacia de DDL-920 antes de que pueda considerarse para ensayos clínicos en humanos.