
Vista del embalse de Alcántara, en Cáceres, Extremadura (España).
Balance de las lluvias en el campo: repunte en las reservas hídricas y daños millonarios por inundaciones
Los cultivos más beneficiados por han sido los de secano, como los cereales, viñedo y olivar
España ha experimentado 25 días consecutivos de lluvias. El último tercio del invierno y los primeros días de la primavera han dejado unas precipitaciones con poco precedentes en el país, que ha sentido las consecuencias de esta importante masa de agua.
La incertidumbre por la mirada al cielo tan recurrente en el campo ha desaparecido durante este mes, ya que la pregunta hacía referencia a cuándo iba a dejar de llover.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha realizado un primer balance del impacto en el campo de las lluvias continuadas registradas en marzo en España, con efectos contrastados según la región y el tipo de cultivo.
«En términos generales, las precipitaciones han supuesto un alivio significativo a la sequía, especialmente en el sur y este peninsular, donde las reservas hídricas han experimentado un notable incremento (+14 %)», recoge en una valoración inicial COAG, que posteriormente destaca la cara negativa del temporal. «Se ha centrado en zonas de producción de hortícolas al aire libre e invernadero. En la Región de Murcia, las inundaciones han afectado a más de 5.000 hectáreas de lechuga, brócoli y coliflor, con pérdidas estimadas en 10 millones de euros».La organización apunta que las precipitaciones, un 143% por encima de lo habitual en marzo, han aliviado la sequía en gran parte de España, pero provocan pérdidas significativas en la Región de Murcia y Andalucía por inundaciones, fuerte viento y exceso de humedad.
Los cultivos más beneficiados por las lluvias han sido los de secano, como cereales, viñedo y olivar. La mejoría en la humedad del suelo será clave en pleno inicio del ciclo vegetativo; mientras los pastos han mejorado de forma notable, especialmente en Galicia y la cornisa cantábrica, lo que supone un alivio para la ganadería extensiva, tras meses de escasez en un invierno más seco de lo habitual.
Las cuencas que más han aumentado sus niveles durante este período son la Cuenca del Tajo, con un alza de 20,6 puntos porcentuales respecto a diciembre (75,0 %); la Cuenca del Duero, con 13 puntos porcentuales más (75,9 %); la Cuenca del Guadalquivir, con 15,1 puntos más (50,3 %); y la Cuenca de Cataluña, con 11,2 puntos más para alcanzar el 45,2 %.
Daños en cultivos por las lluvias
El exceso de lluvia ha hecho mella en Andalucía. La región ha presentado daños significativos en hortícolas y cereales, así como en caminos rurales de toda la comunidad. El húmedo panorama ha retrasado las decisiones de siembra en girasol o garbanzo, así como perjuicio en los cultivos de invierno expuestos a enfermedades fúngicas y asfixia radicular por el exceso de agua.
En el Bajo Guadalquivir, una de las zonas donde más agua se ha acumulado, se da por perdida la cosecha de guisantes y se teme por la coliflor, brócolis, repollo o grelos, que deberían estar en recolección pero que las condiciones del suelo lo impiden: «Ni maquinaria ni trabajadores pueden entrar en el campo sin atascarse», precisan en COAG.
La gran cantidad de agua caída en la provincia de Huelva está afectando especialmente al cultivo de los frutos rojos. El exceso de humedad está afectando a mucha cantidad de fresas y aunque ha subido el precio «no compensa las pérdidas por la botrytis». El fuerte viento también ha provocado daños en más de 200 hectáreas de invernaderos de esta provincia.
En la provincia de Almería, las persistentes lluvias registradas durante el mes de marzo están causando ya daños en algunos cultivos, como los hortícolas, tanto al aire libre, como de invernadero, como brócoli, pepino, pimiento o sandía y melón. Que se están viendo afectados por los altos niveles de humedad que traen consigo la proliferación de plagas y enfermedades, como la botrytis o el mildiu, dando paso así a síntomas de pudrición en las plantas.
COAG ha valorado positivamente la mejora del balance hídrico nacional, aunque advierte de que el exceso de agua y los retrasos en las labores de campo podrían afectar a la planificación de cultivos y cosechas de primavera.