Los flecos de la koldosfera
Moncloa y Ferraz tratan de conseguir que el volcán respete a Sánchez, pero hay personas próximas a él, y desde hace muchos años, que lo harán difícil
Hay bisiestos en los que uno no está para nada. Me temo que en Moncloa el día no sería agradable, aunque en las reacciones de las patologías nunca se sabe. Cuenta, creo recordar que Baroja, que un tipo al que iban a fusilar no dejaba de reírse porque esperaba que, al final, le salvaría su propia autoestima. El tipo podría haber sido Sánchez. No se apea de su manual de resistencia. Pero ahí están y estarán los flecos de la koldosfera que irán apareciendo acá y allá.
Se intentará todo para sacar a Sánchez a una orilla. Ya se apuntó medalla el sumiso jefe de EFE al lanzar la noticia de que Koldo le comentó a un amiguete de la trama que había contactado con Génova, naturalmente cuando ya sabía que estaban siendo escuchados por la UCO. El intento de generalizar la mierda es una estrategia a la desesperada. Habrá otras. Marisu se quejó de la cita a la mujer del presidente como contacto «porque no se debe implicar a las familias». Sólo unas horas antes Sánchez volvió a implicar al hermano de la presidente de la Comunidad de Madrid en un caso archivado por inexistente. Hay familias que merecen el respeto, las socialistas, y otras que merecen el oprobio, las de la oposición.
Todo lo inició Sánchez con el estado de alarma y el confinamiento, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, luego con la decisión de centralizar las compras en el ministerio de Ábalos y cambiando el sistema. ¿Por qué? Ya vamos conociéndolo. Y después con un secretismo sospechoso. Aquellas decisiones, aparte de conseguir lo que se proponían, a los dos meses llevaron a autorizar compras a las Comunidades Autónomas. La centralización gubernamental había fracasado, aunque no para los bolsillos interesados.
Ábalos, con el acompañamiento de los palmeros, insistió en que la compra del material sanitario fue fiscalizada por el Tribunal de Cuentas. Ha sido también la coartada de Pilar Alegría y de Patxi López. Pero no dicen que en el informe definitivo del Tribunal desapareció la denuncia que contenía el informe previo que alertaba de que el Gobierno socialista no había justificado 748 millones de euros dedicados a las compras de material sanitario. El informe era tramposo, falso.
De los 1.000 millones de euros que destinó el Ejecutivo a compras de material para las Comunidades Autónomas sólo entregó por valor de 256 millones, dejando sin justificar el paradero de esos 748 millones evaporados. El Tribunal de Cuentas fue renovado por un acuerdo del PSOE y el PP y parece que con la inteligencia de otros acuerdos de la etapa de García Egea como secretario general en Génova. Desaparecieron consejeros del PP y aumentaron los del PSOE, llegando a la presidencia la socialista Enriqueta Chicano. Todo lo demás, incluido el cambio en los informes no necesita más explicación. Se entiende muy bien. Y es otro fleco de la koldosfera.
En medio de este caos no se comprende que la tercera autoridad del Estado, Francina Armengol, no haya dimitido ya. Con un contrato verbal, impropio, compra mascarillas inservibles que tiene que almacenar, no se queja tras los informes técnicos, y carga el gasto a los fondos europeos. A los tres años, cuando pierde las elecciones, se acuerda del fraude. En estas condiciones ¿cómo va a presidir con garantías de neutralidad y rigor el Legislativo?
Tampoco se comprende que el flamante ministro Ángel Víctor Torres no haya dimitido. Compró mascarillas a la empresa de la trama y cambió un año después el contrato para cargarlo a los fondos europeos. ¿En qué manos está el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática? No puede custodiar la supuesta memoria (por cierto, manipulada) de hace más de ochenta años si no tiene claro lo que sucedió con sus compras hace tres.
No se entiende que Salvador Illa no haya dado explicaciones. Movilizó cientos de millones de euros, y parte de ellos fueron a parar a empresas improvisadas o que no tenían ninguna experiencia en suministros sanitarios. Algo tendrá que decir quien estaba al frente de la Sanidad española.
De Cerdán se habla menos pero es el fundador de la koldosfera, el que puso en contacto a sus principales actores. ¿Tampoco va a dimitir? ¿No estaría más propio de electricista que es lo suyo?
Moncloa y Ferraz tratan de conseguir que el volcán respete a Sánchez, pero hay personas próximas a él, y desde hace muchos años, que lo harán difícil. Por él no quedará. Borrará a todo político que le suponga un riesgo. Irán cayendo fichas. Pero los flecos pueden resistirse y no son mudos.