Así es el atogepant, el nuevo fármaco para prevenir la migraña

Un medicamento recientemente aprobado para prevenir la migraña podría comenzar a actuar de inmediato, según un estudio del Albert Einstein College of Medicine en el Bronx (Estados Unidos) publicado en Neurology. Este estudio analizó el medicamento atogepant, que se trataría de un antagonista del receptor del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), siendo consumido de manera oral.

«Con muchos de los medicamentos actuales para prevenir la migraña, lleva tiempo encontrar la dosis adecuada para cada persona y puede pasar semanas o incluso meses hasta que sean más eficaces», detalla el autor del estudio, el doctor Richard B. Lipton, quien es miembro de la Academia Estadounidense de Neurología.

En el estudio, varias de las personas que tomaron el fármaco tuvieron menos probabilidades de sufrir migraña en las primeras horas de tratamiento en comparación con aquellas personas que tomaron un placebo. Esto se vio repetido en las cuatro semanas en las que duró el estudio. En concreto, los investigadores analizaron los datos de tres ensayos distintos sobre la eficacia del atogepant.

En total, 1243 personas participaron en estos tres procesos, dividiéndose entre aquellos que sí tomaron el fármaco y los que únicamente tomaron un simple placebo.

«Algunas personas se dan por vencidas y dejan de tomar los medicamentos antes de llegar a este punto. Además, muchas personas experimentan efectos secundarios con los tratamientos actuales. Desarrollar un medicamento que funcione de manera eficaz y rápida es fundamental», detalla el autor del estudio.

Actualmente, las personas que padecen migraña episódica experimentan una media de 14 días bajo este dolor. Con este estudio, los investigadores sacaron datos realmente reveladores. En el tercer ensayo —el que registró mejores resultados—, solamente el 51 % de los que tomaron el fármaco acabaron teniendo migraña. Mientras, el 61 % de los sujetos que tomaron placebo acabaron sufriendo migraña.

«La migraña es la segunda causa de discapacidad en la población general y la principal en mujeres jóvenes, y las personas que la padecen afirman que tiene efectos negativos en sus relaciones. Disponer de un tratamiento responde a una necesidad clave», finaliza Lipton.