
La frecuencia cardíaca por paso puede ser un mejor indicador de la salud cardíaca que el total de pasos por día.
¿Cuántos pasos das o cómo los cuentas? Lo que realmente importa para el corazón
Los investigadores calcularon la relación entre la frecuencia cardíaca diaria promedio y el número de pasos dados
Las variables fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria y la saturación de oxígeno son indicadores fundamentales del estado de salud de una persona. En el ámbito de la salud cardiovascular, la cantidad de pasos dados diariamente y la frecuencia cardíaca presentan una estrecha relación, ya que ambos parámetros reflejan tanto el nivel de actividad física como la respuesta del sistema cardiovascular.
Hasta el momento, estos dos factores han sido analizados de manera independiente para evaluar la salud cardíaca, especialmente con el apoyo de los avances tecnológicos. Dispositivos como relojes inteligentes, monitores portátiles y aplicaciones móviles han permitido una monitorización constante, facilitando un enfoque más proactivo en la gestión del bienestar cardiovascular.
Sin embargo, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, en Chicago (EE.UU.), ha llevado el análisis un paso más allá al estudiar estos datos no de forma aislada, sino en conjunto. Su objetivo ha sido determinar un método más preciso para evaluar la aptitud cardiovascular.
El hallazgo principal de su estudio señala que el mejor indicador de la salud cardiovascular no es la frecuencia cardíaca o el número de pasos considerados por separado, sino la relación entre ambos.Dividir la frecuencia cardíaca diaria promedio por la cantidad de pasos dados ofrece un índice más fiable sobre la condición cardiovascular
Según los expertos, dividir la frecuencia cardíaca diaria promedio por la cantidad de pasos dados a lo largo del día ofrece un índice más fiable sobre la condición cardiovascular de una persona.
Este enfoque innovador podría suponer un cambio en la manera en que se interpretan los datos recogidos por los dispositivos de monitorización, permitiendo una evaluación más precisa y personalizada del estado físico.
«La métrica que desarrollamos analiza cómo responde el corazón al ejercicio, más que el ejercicio en sí», señala Zhanlin Chen, estudiante de medicina de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago y autor principal del estudio, que ha sido presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología.
«Es una métrica más significativa porque aborda la cuestión fundamental de capturar la capacidad del corazón para adaptarse al estrés, a medida que la actividad física fluctúa a lo largo del día. Nuestra métrica es un primer intento de capturar esto con un dispositivo portátil», explica.
La importancia del reloj inteligente
Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en el mundo y, a pesar de la existencia de diversas pruebas de detección que permiten identificar de manera temprana el riesgo cardiovascular, muchas personas no acceden a los controles médicos recomendados. En este contexto, un grupo de investigadores ha señalado que los datos recopilados por los relojes inteligentes podrían ofrecer una alternativa eficaz para detectar a quienes presentan un mayor riesgo, incentivándolos a consultar con un especialista sobre su salud cardíaca.
El estudio, desarrollado en el marco del programa de investigación All of Us, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., analizó información de casi 7.000 adultos que proporcionaron datos de sus dispositivos Fitbit junto con sus historiales médicos electrónicos. En total, el análisis incluyó información correspondiente a 5,8 millones de días-persona y un registro acumulado de 51.000 millones de pasos.
Frecuencia cardíaca y pasos
Los investigadores calcularon la relación entre la frecuencia cardíaca diaria promedio y el número de pasos dados (FCPPD), comparándola con distintos indicadores de salud cardiovascular. Los resultados mostraron que los participantes con valores más elevados de FCPPD (correspondientes al percentil 25 superior) presentaban un riesgo significativamente mayor de desarrollar ciertas enfermedades. En comparación con aquellos con valores más bajos, estos individuos duplicaban su probabilidad de padecer diabetes tipo 2, tenían 1,7 veces más probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca, 1,6 veces más de desarrollar hipertensión arterial y 1,4 veces más de presentar aterosclerosis coronaria, caracterizada por la acumulación de placa en las arterias del corazón. No obstante, el estudio no encontró una relación significativa entre esta métrica y el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
Los hallazgos también indicaron que la FCPPD estaba más estrechamente vinculada con el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares que la frecuencia cardíaca diaria o el número de pasos considerados de forma independiente. Asimismo, en un subgrupo reducido de 21 participantes, la FCPPD mostró una mayor variación con los equivalentes metabólicos máximos (MET) alcanzados en una prueba de esfuerzo en cinta rodante, en comparación con los datos de frecuencia cardíaca o conteo de pasos por separado.
A partir de estos resultados, los investigadores sugieren que la relación entre la frecuencia cardíaca diaria promedio y el número de pasos dados podría emplearse como un indicador temprano para identificar a quienes podrían beneficiarse de pruebas de detección adicionales o de un programa de acondicionamiento físico orientado a mejorar la función cardíaca. Según el investigador principal, Chen, esta métrica es lo suficientemente sencilla como para ser calculada por cualquier persona con un reloj inteligente y podría integrarse fácilmente en aplicaciones de monitoreo de salud.
No obstante, los especialistas advierten que estos resultados constituyen apenas una validación inicial de la eficacia de la FCPPD como indicador de riesgo cardiovascular.